Publicidad política en las elecciones municipales de 2008. Jorge Castro y un volante encontrado en Valparaíso.

Por

jorge castro

Autor: Jorge Saavedra Utman*

j.saavedra@gold.ac.uk

Resumen:

El presente texto es un análisis sociosemiótico de un volante de publicidad política del candidato a alcalde por la ciudad de Valparaíso, Jorge Castro Múñoz, para las elecciones municipales de la comuna de Valparaíso en 2008. A través de un análisis general y fragmentado enfocado en los códigos presentes, se observa el tipo de información que transmitió el volante, sus énfasis y, por sobretodo, el posicionamiento que a través de este objeto de publicidad política se aspiró a alcanzar.

I.- Primavera porteña, publicidad política en la ciudad

Una mañana de octubre de 2008, saliendo de mi casa en el cerro Mariposas, en Valparaíso, hacia el trabajo, encontré bajo la puerta que daba a la calle cuatro volantes[1] de candidaturas a concejal y alcalde para las elecciones municipales que se celebrarían el 26 de octubre de 2008. Uno de esos volantes era de la candidatura de Jorge Castro, candidato de la coalición política de derecha Alianza por Chile a la alcaldía de la ciudad de Valparaíso, quien competía con otros cuatro candidatos por el mismo puesto. Su rival más fuerte en ese momento era el vigente alcalde democratacristiano Aldo Cornejo, representante de la Concertación de Partidos por la Democracia, quien postulaba a la reelección. Al final de dicha campaña, cuya papelería ocupó buena parte del espacio urbano de Valparaíso, Jorge Castro triunfó y fue electo.

Se trató de un triunfo inesperado, pues ni en los círculos de la coalición de Castro lo daban por ganador. Tras cuatro períodos como concejal, Castro obtuvo la municipalidad de Valparaíso para su sector político por primera vez desde el regreso de los gobiernos democráticos, en 1990. ¿Las razones de tal triunfo? Las explicaciones más comunes, y que pude recabar en el día a día fueron tres: La aparición de dos candidatos escindidos de la Concertación que provocaron una merma de adherentes para Cornejo; la tozudez de la Concertación por no aliarse con el Pacto Juntos Podemos y así sumar un porcentaje inalcanzable para Castro, y que Castro era un buen candidato con el que la gente más humilde se sentía cercana y representada.

En términos estadísticos, las dos primeras explicaciones parecían correctas. Si el candidato Aldo Cornejo no hubiera permitido tal dispersión de candidatos desde su propio núcleo, hubiera permanecido en el sillón alcaldicio. Lo mismo si se hubiera aliado con el Pacto Juntos Podemos. Sin embargo, la tercera es la que me interesó revisar.

En las elecciones municipales previas a las de 2008, ganadas por Aldo Cornejo, participaron tres candidatos divididos en derecha (Joaquín Godoy, representante de la Alianza Por Chile); centro izquierda (Aldo Cornejo, representante de la Concertación); e izquierda (Antonio García, independiente de Izquierda).

Los resultados de esa elección fueron:

Análisis de un volante que encontré en la puerta de mi casa. La publicidad política de Jorge Castro. cuadro 1

Fuente: www.elecciones.gov.cl

Cuatro años después, las candidaturas fueron cinco. Siendo cinco candidatos, y bajando los votos válidamente emitidos en un número de cuatro mil, los resultados fueron los siguientes:

cuadro 2

Fuente: www.elecciones.gov.cl

Sin duda que al mirar las cifras es posible concluir que la candidatura de Aldo Cornejo cometió el error crucial de permitir que Sara Arenas (militante democratacristiana, tal como Cornejo) levantara una candidatura propia, dentro de otras acciones que pudo haber realizado. Pero lo más interesante, para entrar en el análisis, es que Jorge Castro subió la votación del candidato de la Alianza Por Chile en poco más de siete mil votos. ¿De dónde salieron esos votos?¿Qué tipo de adscripción generó su candidatura para aumentar en tal número la votación? Antes de abordar o rehuir estas preguntas, daré cuenta de algunos aspectos de Jorge Castro y su campaña, pues este trabajo tendrá como objeto de estudio un volante de su candidatura.

A la fecha de la elección, Jorge Castro tenía 52 años y llevaba cuatro períodos como concejal. Fue candidato a alcalde en 2000, sin éxito en aquella ocasión. “Nacido y criado” en Valparaíso y apodado “Negro”, a la fecha el ítem formación profesional en su currículum figuraba con el rótulo de Locutor y Técnico en Comercio Exterior de profesión. Militante de la Unión Demócrata Independiente e hincha de Santiago Wanderers (club de fútbol de la ciudad),  Castro era cercano al mundo deportivo comunal, pues se desempeñó en una repartición ligada al deporte en la Municipalidad de Valparaíso en tiempos de dictadura.

Los focos de su campaña para 2008 no estuvieron en uno u otro punto en especial. A diferencia de otros candidatos de la Alianza por Chile, Castro no enfatizó en ítemes ligados a la mayor dotación policial o drogadicción especialmente, sino que abarcó un espectro muy amplio en el que se incluían aspectos como deporte, salud, educación, cultura, patrimonio e infraestructura. Sus postulados de campaña indicaban que Valparaíso sufría una depresión, a causa de la mala gestión municipal, y que la desesperanza de la gente no había sido escuchada por el alcalde Cornejo. Castro propuso en su campaña dar oportunidades a niños, jóvenes, trabajadores, artistas, abuelos, trabajando “codo a codo” con ellos.

Tras el encuentro furtivo con el volante y el desenlace porteño, lo que este texto se interesó en conocer fue el tipo de apelación presente en un objeto prototípico de publicidad y marketing político (Salgado, 2002; Borrini, 2003) como es el volante, observando el deseo que quiso satisfacer, las carencias que pretendió cubrir y, finalmente, el posicionamiento que a través de él se aspiró a alcanzar. Para responder a estas interrogantes, se desarrolló un análisis sociosemiótico (Del Villar, 2001; 2004) a través de diversos códigos[2] observados en un elemento de publicidad política (Del Villar, 2011), en este caso un volante, del candidato a alcalde Jorge Castro para las elecciones municipales de 2008, en la comuna de Valparaíso[3]. Finalmente, este texto establece ciertas síntesis que permiten vislumbrar cómo se configura(ba) la noción de líder desde un sector político en la comuna de Valparaíso, y cómo desde este sector se ha entendido el liderazgo político en la democracia contemporánea.

Ver artículo completo aquí. 

*Jorge Saavedra Utman: PhD © en Comunicación y medios del Goldsmiths College, Universidad de Londres, Reino Unido. Maestro en Comunicación Política por la Universidad de Chile, Periodista y Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Católica de Valparaíso. Investiga sobre las manifestaciones de lo subalterno en ámbitos de la cultura y lo político. Ha publicado el libro Historia Social de los Teatros en Chile, Melipilla en el siglo XX (editorial Chancacazo) junto a Mario Poblete, y el paper Liderazgos subalternos y construcción medial Chile 2007-2011, junto a José Luis Riffo, en la Revista Autónoma de Comunicación, Universidad Nacional Autónoma de México.



[1] Se ha preferido usar la palabra volante por la palabra panfleto, en tanto el panfleto remite a un objeto impreso de un carácter mayormente agresivo y/o difamatorio. (Valdebenito, 2010).

[2] Los códigos analizados fueron: Narrativo, escritural, icónico, lineal, cromático, de angulación, encuadre y sonoro. Este último código solamente se analizó en la frase «Jorge cambiará Valparaíso como yo lo hice en Viña», la que fue leída y registrada por tres personas, cuyos registros fueron observados gracias al software de edición de audio Adobe Audition, dando resultados similares.

[3] Las dimensiones del volante son de 21 centímetros de ancho, por 14.5 centímetros de alto, y fue impreso en papel couché de 120 gramos (aproximadamente).



Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *